martes, 30 de mayo de 2006

Al borde del delirio


...No me reconociste, ni entonces ni en ningún otro momento, nunca me has reconocido.
¿Cómo te puedo describir, querido, la decepción de aquel instante?.Por primera vez fui consciente de estar predestinada a que no me reconocieras durante toda mi vida...
...Pero yo, la chica de entonces, aún no podía entender tu mala memoria, porque de tanto ocuparme de ti, desmesuradamente, sin cesar, de alguna forma me había ido haciendo ilusiones de que tú también deberías de haber estado pensando en mí y esperándome.
¡Cómo hubiese podido siquiera respirar si hubiese tenido la certeza de no significar nada para ti, de que ningún recuerdo mío te pasaba nunca, aunque fuese ligeramente, por la cabeza!


Carta de una desconocida.STEFAN ZWEIG.

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