lunes, 19 de junio de 2006

Lo que de mí has pensado...



De lo poco de vida que me resta
diera con gusto los mejores años,
por saber lo que a otros
de mí has hablado.

Y esta vida mortal... y de la eterna
lo que me toque, si me toca algo,
por saber lo que a solas
de mí has pensado.

G.A.Bécquer.


2 comentarios:

  1. El alma tenías
    tan clara y abierta,
    que yo nunca pude
    entrarme en tu alma.
    Busqué los atajos
    angostos, los pasos
    altos y difíciles...
    A tu alma se iba
    por caminos anchos.
    Preparé alta escala
    -soñaba altos muros
    guardándote el alma-,
    pero el alma tuya
    estaba sin guarda
    de tapial ni cerca.
    Te busqué la puerta
    estrecha del alma,
    pero no tenía,
    de franca que era,
    entrada tu alma.
    ¿En dónde empezaba?
    ¿acababa, en dónde?
    Me quedé por siempre
    sentado en las vagas
    lindes de tu alma.

    Pedro Salinas

    ResponderEliminar
  2. Para ti Devenido:

    Tú eras el huracán y yo la alta
    torre que desafía su poder:
    ¡tenías que estrellarte o que abatirme!...
    ¡No pudo ser!
    Tú eras el océano y yo la enhiesta
    roca que firme aguarda su vaivén:
    ¡tenías que romperte o que arrancarme!...
    ¡No pudo ser!
    Hermosa tú, yo altivo: acostumbrados
    uno a arrollar, el otro a no ceder;
    la senda estrecha, inevitable el choque...
    ¡No pudo ser!
    G.A. Bécquer.

    ResponderEliminar