jueves, 11 de enero de 2007

Para sentirte a tí...


















Cuando cierras los ojos
tus párpados son aire.
Me arrebatan:
me voy contigo, adentro.

No se ve nada, no
se oye nada. Me sobran
los ojos y los labios,
es este mundo tuyo.
Para sentirte a ti
no sirven
los sentidos de siempre,
usados con los otros.
Hay que esperar los nuevos.
Se anda a tu lado
sordamente, en lo oscuro,
tropezando en acasos,
en vísperas; hundiéndose
hacia arriba
con un gran peso de alas.

Cuando vuelves a abrir
los ojos yo me vuelvo
afuera, ciego ya,
tropezando también,
sin ver, tampoco, aquí.
Sin saber más vivir
ni en el otro, en el tuyo,
ni en este
mundo descolorido
en donde yo vivía.
Inútil, desvalido
entre los dos.
Yendo, viniendo
de uno a otro
cuando tú quieres,
cuando abres, cuando cierras
los párpados, los ojos.

Pedro Salinas.
La voz a ti debida (1933).
Foto:
Stefan Beutler

3 comentarios:

  1. De este poema, me quedo con estos versos:

    Cuando vuelves a abrir
    los ojos yo me vuelvo
    afuera, ciego ya,
    tropezando también,
    sin ver, tampoco, aquí.

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  2. Querido Miguel, acertada elección, cerrar los ojos es facil, lo terrible es abrirlos.
    De niña suspiraba por Raphael, era el idolo de moda, siempre recordaré con cariño esta canción, que cantaba yo misma frente al espejo con tres o cuatro años, creyéndome una estrella de la canción, sin saber todavia ni pronunciar algunas palabras..
    Son distintas formas de cerrar los ojos, pero igual de hermosas...

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  3. ¿Ojos cerrados? ¿Ojos bien cerrados? Eyes wide shut (Stanley Kubrick) Nicole Kidman, impagable y Tom haciendo su papelito. ¿Es buena? Se ve, y bien. Nos habla de convencionalismos rotos, del susto de vértigo de dar un paso más allá de lo socialmente aceptado o de erotismo contenido en medio de una rutina que aplasta.

    Y para cerrar los ojos en el mismo listón que Salinas, Nicolás Guillén, Poeta nacional cubano.

    "Pienso en sus ojos cerrados,
    la tarde pidiendo amor,
    y en sus rodillas sin sangre,
    la tarde pidiendo amor,
    y en sus manos de uñas verdes,
    y en su frente sin color,
    y en su garganta sellada...
    La tarde pidiendo amor,
    la tarde pidiendo amor,
    la tarde pidiendo amor".

    Es fácil adivinar el nombre de este poema que he mutilado: La tarde pidiendo amor.

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