jueves, 3 de enero de 2008

"Compañeras del placer"





La palabra GEISHA proviene de los fonemas chinos “Gei”, que quiere decir arte, habilidad, y “Sha” que significa persona.

Eso es lo que representa una Geisha, una persona con la habilidad en distintas artes.
En la antigüedad, concretamente en
la era Edo, esta palabra abarcaba muchas mas dedicaciones, todas ellas relacionadas con el mundo de las artes: poesía, teatro, pintura, mundo religioso, deporte, maestros de lenguas extranjeras e incluso médicos la época.

Si queremos buscar, las raíces de las Geishas, tenemos que remontarnos a las bailarinas odoriko, que ya provenian de los teatros
kabuki, donde eran hombres, ataviados como mujeres con vistosos kimonos y la cara pintada de blanco, los que ofrecían diversión a los samurais: danzando o con la ceremonia del té.



Como todo fenómeno que crece, los teatros kabuki, se convirtieron en centros de distracción de comerciantes .Esta proliferaron, acabó degenerando en prostíbulos y convirtiéndose en lugares perniciosos.
Así se decidió, no prohibir la prostitución, sino delimitarla a ciertos lugares que se llamarían lugares de placer.
Es por eso, que a menudo se ha confundido a las Geishas con las prostitutas, pero esto también es un error generalizado.

Muy distinto, es que alguna, sin poder alcanzar el rango o nivel tuvieran que acabar prostituyéndose, pero lejos del universo refinado de la geisha.

Muchas prostitutas trataban de imitar el estilo de las geishas, pero no tenían la formación artística de éstas. Se vestían con kimonos, con exceso de maquillaje y excesos de adornos en el peinado.
Así un nuevo edicto tuvo que ser dictaminado para proteger la imagen de las geishas, y las obligaba a moderar su vestuario y maquillaje para poder diferenciarlas de las prostitutas.

De ahí el error que durante un tiempo se confundían a las geishas con éstas, porque vivían además en las casas de “lámparas rojas”, pero no podemos decir que las geishas fueran prostitutas.

En el año 1779, las Geishas fueron reconocidas como artistas, y se adoptó el sistema "Kenban" (una especie de sindicato) para supervisar a las geishas de la zona, y restringió su número por debajo de 100 artistas, protegiendo así a las geishas de que cayeran en la prostitución. El kenban, permanece aún hoy en día funcionando.

Os voy a contar como vivían y cuales eran sus rituales:

Las geishas vivían en “hanamachis” (ciudad de flores) y eran ciudades autorizadas para que vivieran solo ellas.

Su principal misión era distraer a los hombres, con amenas conversaciones, con danza, tocando el shamisen (especie de guitarra de tres cuerdas)



Otra de sus ocupaciones era el ritual de la la ceremonia del té.



El tiempo de la geisha con cada hombre, se media en varitas de incienso, cuando ésta se consumía había finalizado su tiempo.
Además contaban con un pacto de silencio, por lo que cualquier hombre podía estar tranquilo con las conversaciones que se mantuvieran delante de ella, o con ella.

Así, se fueron estableciendo en zonas de placer, como eran llamadas, surgieron numerosa Ochayas (Casas de té) donde las Geishas atienden a sus clientes.

En la actualidad, las geishas, no son las niñas vendidas que comenzaban su aprendizaje pasando por duras etapas, ahora, es una decisión propia y personal, aunque son muy pocas las que quedan, y si muchas mujeres de compañía en lugares nocturnos que poco tienen que ver con la autenticidad.

Tanto geishas como maikos ( las más jóvenes aprendices), guardan todo un ritual en peinado, maquillaje y vestuarios.

El peinado:
Se caracteriza por la larga extensión de sus cabellos, adornados con horquillas, peinas y cintas de seda.



Son gigantescos moños, que se sujetan gracias a la cera caliente y al aceite de camelia que se usa como lubrificante, y se le llama "hendidura de melocotón".
En la parte de la nuca, se utiliza un esténcil, que permite realizar un dibujo en dos o tres puntas o también en forma de semi-círculo.
La nuca para los japoneses, era considerado un punto sensual de la mujer, y dejar ver una parte de su piel natural reforzaba su sensualidad.




El maquillaje:
Consiste en cubrir todo el rostro de blanco, pintando ojos y cejas en negro y una nota de color rojo marcando los labios.



El kimono usa de los colores según la edad.Así encontramos modelos mas llamativos en las jóvenes maikos y mas sobrios en las geishas.
La tela siempre es seda y son hechos a mano.Pueden llegar a tener 24, que usan según la estación del año o la ocasión.



El Obi es el cinturón ancho que cubre desde la parte baja del pecho hasta el abdomen.
Sirve también para proteger la espalda y llevar el torso erguido.Las mas jóvenes los suelen llevar de 5m y de 4m las geishas.



El Obi-Jime es una cuerda que se usa como cinturón en medio del obi, y que fue introducida en Japón junto con el budismo.También usa distintos centímetros y colores.



Descendemos a los pies: son los tabis, los calcetines blancos que se llevan con sandalias y son hechos a medida, como los kimonos.
Por último el calzado:
Utilizan sandalias llamadas Okobo de aproximadamente 10 cms de alto son de paulownia, (madera autóctona de Japón).
Las cintas son de diferentes colores según la edad o la estación del año.



Pero...¿Como era su vida?

Solo eran libres las que un danna o protector pagaba su deuda de aprendizaje a la okaasan de la Okiya o las que podían abrir su propia ochaya, o una okiya, e incluso otro tipo de negocio dentro del hanamachi.

Muy pocas geishas tenían la suerte de ser esposadas, una quimera el amor, la mayoría han muerto solas y abandonadas.

¿Su corazón?

Permanentemente al servicio del placer de su cliente.
Con numerosas muestras de sumisión y entrega: Esta bien visto aceptar, bajar los ojos, inclinar la nuca ,e incluso, dejar deslizar un poco de tela del vestido para dejar adivinar el terciopelo tierno y rosado de la carne; invitación secreta a placeres que muchos juzgan prohibidos.




Pero... está prohibido dejar hablar las emociones del corazón (se considera el amor fuera de lugar, incluso se entiende como vulgar dentro del okiya).
El placer siempre es para el otro, la satisfacción del señor danna es lo que cuenta, nunca se piensa en otra cosa.

Extraño código moral es este juego sutil entre el deseo y el rechazo, entre lo permitido y lo prohibido, entre lo visible y lo oculto.

Las geishas aparecen, como las doncellas dadoras de placer, en todas las dimensiones de la palabra: placer de la música, la poesía, el baile, la caligrafía, la conversación...compañeras de momentos inolvidables pero que nunca entregan su corazón.

Nunca se entregan a nadie.

Frías y distantes, como la porcelana de sus rostros maquillados, impasibles al ardor de los propios deseos, viviendo eternamente aisladas en su "ciudad de flores".




6 comentarios:

  1. Una entrada muy buena. Como siempre. Espero puedas seguirnos deleitando con tus escritos. Felicidad para ti y todos los tuyos.
    Salud.

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  2. Lo mismo te deseo a ti y a tu familia, amigo.
    Me alegra que mis escritos te entretengan...
    Un abrazo.

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  3. A pesar de "Las memorias de una gehisa" no tenía del todo claro el papel de estos personajes. Muy buen post.

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  4. Excelente revisión.
    Por cierto, existe un libro fascinante para conocer las costumbres de Japón y su filosofía de la vida:
    "Mishima o el placer de morir",
    de JA Vallejo-Nágera. No sé si estará agotado; yo lo conseguí a través de Amazon.

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  5. ¡Menuda concienzudez que te has marcado!
    Un abrazo.

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  6. Gracias por vuestros comentarios.

    Miguel:
    Muchos estudiosos de la cultura japonesa y diversos críticos coinciden en que la película, basada en una novela, no es del todo fiel a la realidad en algunos aspectos.
    Aun asi,la historia es bonita y estéticamente agradable(a pesar de usas actrices chinas en vez de japonesas o terminar con un final tan a lo "Holliwood" y sobre todo deja clara la diferencia entre "una geisha y una prostituta."

    Gracias por el título Devenido, quizá me embarque en la aventura de buscarlo para el verano.

    Fernando:
    Es una suerte, que algo que me ha supuesto tanto placer, como hacer una pequeña reseña de las geishas, le parezca una "concienzudez" a alguien tan erudito como tú...jeje muchas gracias.

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