domingo, 8 de febrero de 2009

Entre copla y rock


Es difícil mezclar dos géneros tan dispares, pero la tarde de este sábado, gélida y animada, como lo son cualquier tarde en Madrid, se hizo propicia para la curiosa unión. 

Me dispongo a llegar a la Biblioteca Nacional, atraída por una recién inaugurada exposición. Me topo por la calle Serrano con unos increíbles zapatos rojos, en una lujosa tienda de ropa,¡son realmente hermosos!. Debe ser esa particular atracción que siento por ese color, como bien sabéis los que me conocéis.!

Ya en la exposición, hay que esperar un poco, debido a la gran cantidad de visitantes, para adentrarnos en: "La Copla". La biblioteca, ha recopilado variados documentos que conserva en sus colecciones. En todas ellas se recogen las múltiples manifestaciones de la copla: grabaciones sonoras (rollos de pianola, discos de pizarra y de vinilo, casetes y cartuchos, discos compactos), cancioneros, programas de cine, fotografías, videograbaciones. La exposición se completa con el visionado de un vídeo con las principales canciones, interpretadas por varios artistas, en un montaje entrañable y bien seleccionado. 

 De las piezas que mas me gustaron fue una pulsera de plata, que simula un carrete de cine, con pequeñas placas con títulos de películas de la época. De valor incalculable, los documentos de Raquel Meyer o la Argentinita, inolvidable interprete de tantos versos de Lorca. Una visita rápida y siempre grata, en el entorno monumental del edificio, con sus mudas personalidades, siempre expectantes.


Y de la copla, solo con cruzar la calle, se llega a lo que es en Madrid el templo del Rock: Hard Rock, después de unas reformas, que han hecho volar definitivamente, el cadillac que colgaba del techo, su espacio es acogedor y altamente recomendable.


Este local, es en si un museo de instrumentos, indumentarias y piezas únicas de los grandes del Rock: iconos sobre nuestras cabezas, que parecen bendecir las fuentes de comida y las pepsis rellenables infinitamente...

BonJovi, vende sus pines y camisetas, solo temporalmente en su tienda.

Baterias desgastadas como las de The Crickets

O mi fetiche preferido: La chaqueta roja de Little Richard, que soberbia preside las mesas como un dios pagano.

 Y de vuelta, me encuentro otras tres amigas del Cow Parade, reconociendo que la que mas me gustó es la vaca y el madroño, la preferida para la foto de los paseantes.

Tarde de contrastes, una vez mas, en mi ciudad, donde siempre hay algo que hacer y que ver.

2 comentarios:

  1. Hace mucho tiempo que no pasaba por aqui pero me siguen sorprendiendo tus foto (me encantan!) y esos ojazos que tienes :)

    mil besos

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  2. Comparto tu pasión por el rojo...pero la copla me cuesta, supongo que porque en las tierras del norte de donde procedo no se escucha mucho....pero como estoy en fase de apertura, tomo nota de la recomendación.

    En cualquier caso siempre nos quedará el rock XD

    Saludos,

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